Sobre el camino 


Benjamín Bojórquez Olea.


Para el servidor público de carrera se le debe profesionalizar, solo así, podrían los políticos mejorar en sus cargos públicos. Toda persona que esté en un cargo público tiene obligación de prepararse para servir a la ciudadanía.


Es común encontrar a personas con altos cargos públicos haciendo comentarios que demuestran un enorme desconocimiento de la ley, los procesos y en general asuntos públicos de relevancia.


Ya no se diga a nosotros los ciudadanos promedio; basta ver cualquier red social para encontrar publicaciones que muestran cuánto ignoramos sobre la política y todo lo que ella conlleva. Sin contar a las personas que con toda intención se mantienen ignorante de los asuntos públicos porque no les gusta o simplemente para no entrar en conflicto. Y existen otros que se consideran todólogos, o sea, que todo lo saben y si no lo saben, lo inventan.


Lo peculiar de esta situación es que nunca antes la información había sido tan accesible. Muchos de esos pensamientos equívocos sobre política, y en general sobre cualquier cosa, se solucionarían con una búsqueda rápida en internet.


Si alguien dice que el presidente está luchando contra la pobreza, fácilmente podría corroborarlo buscando los índices que dicen cuánto ha crecido o disminuido la pobreza desde que inició su sexenio. Si alguien dice que al presidente cada vez lo quieren menos, fácilmente podría revisar el índice de aprobación que tiene actualmente.


Entonces, si es tan sencillo, ¿por qué se hacen comentarios tan desinformados?


A este fenómeno se le conoce como inepcia selectiva. Esto es sólo buscar y consumir aquella información que nos permita seguir pensando lo mismo y evitar la que nos contradiga.


Me dice un buen amigo, que en Psicología se le conoce como “sesgo de confirmación”, y ahí radica por qué no queremos cambiar de opinión. De hecho, cambiar una opinión que tenemos arraigada y en la cual creemos, es de los actos más difíciles a los que nos podemos enfrentar.


Cuando encontramos información que refuta aquello en lo que creemos, puede surgir una “disonancia cognitiva”, lo cual es tener dos ideas diferentes sobre un mismo punto, y luchar constantemente por evadir la realidad para mantener nuestra creencia, cayendo incluso en el autoengaño.


Sólo con la confrontación de la realidad objetiva y la humildad para reconocer errores podremos estar más cerca de erradicar la inepcia política.


GOTITAS DE AGUA:


No es lo mismo inepcia política que políticos ignorantes. Como ciudadanía debemos informarnos eficientemente para así evitar que personas ignorantes que sólo buscan un beneficio propio lleguen a cargos públicos. Y si alguien que ya tiene algún cargo demuestra ignorancia, tenemos el derecho de —con respeto y educación— hacerlo ver para corregir en busca de un mejor desempeño. Si no saben, que se preparen, o al menos que busquen buenos asesores.


Esto viene a colación ya que lo platicaba con un asesor de nuevo ingreso en la Cámara de Diputados, en donde me argumentaba, que cuando empiezan a entenderle todo el funcionamiento del congreso y sus leyes y reglamentos entregan su cargo público. Solo aplicando un plan de carrera en el servidor público se podría mejorar sustancialmente al político de ocasión. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”

Por elpiripituchi

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