PUNTA DE LANZA.
AMLO, DON “LENCHO” Y LA POTRA ZAINA.
Por Armando Ojeda.
Aquella hermosa Potra Zaina, era el orgullo de su dueño, el viejo y quisquilloso ranchero que vivió en la época de mi querido abuelo.
Hombre de muchos perros y pocas pulgas, “Don Lencho” nunca permitió que su yegua fuera montada por otro vaquero o jinete que no fuera él mismo.
Ni sus hijos, nietos, hermanos, amigos, e incluso, ni los mismos trabajadores del rancho, podían darse el lujo de montar a la potra Zaina.
Y es que, la briosa potranca era solo suya, y la había criado, alimentado y educado con gran dedicación, esfuerzo y esmero hasta convertirla en lo que entonces era; Su gran orgullo, y la envidia de todos los dueños de las fincas y cuadras vecinas en que se criaba ese tipo de ganado, y donde seguido paseaba montado en su lomo.
Era yo un chiquillo, cuando tuve la oportunidad de conocer aquella legendaria potranca, la cual debo señalar, me impresionó al grado de que a lo largo de los años la sigo recordando con gran admiración.
Y en ese trance, embelesado e inmerso en los lejanos recuerdos de la potra zaina, de pronto mi mente se desboca y cabalga desenfrenada hacia el escenario de la vida política del momento.
¿Pero, qué razón tendría mi mente loca, para conectar los lejanos recuerdos de la “Potra Zaina”, con el espectro de lo que es el escabroso, polémico, pero apasionante mundo de la política?.
La pregunta es desde luego necesaria, y por ende, la respuesta tendrá que ser también ineludible.
“Es que, entre La Potra Zaina y “Don Lencho” su propietario, pude encontrar interesantes coincidencias con Andrés Manuel López Obrador y su Partido, al cual personificaría yo, como “La Potra 4T”.
PRIMERA COINCIDENCIA.
“Don Lencho” y el hoy
Presidente de México Andrés Manuel López Obrador, con toda la paciencia del mundo dieron crianza, alimentaron, adoctrinaron, amansaron y alentaron a sus “Potras” hasta convertirlas en las monturas en que cabalgarían por todas las “llanuras de los campos”, presumiendo y enamorando al pueblo con la fina estampa de su cabalgadura.
SEGUNDA COINCIDENCIA.
Andrés Manuel López Obrador y Don “Lencho” persiguieron y alcanzaron realce desde sus respectivos momentos y entornos, conquistando los objetivos anhelados de cabalgar a lomo de sus respectivas y simbólicas monturas conquistando como antes dije, el respeto y simpatía de la gente.
TERCERA COINCIDENCIA.
AMLO no permite que nadie, ni el más allegado de sus amigos, muestren la osadía de querer montar a su amada yegua, bautizada y herrada con candente acero, como “La 4 T”. Igual, pues, que lo hiciera el viejo ranchero de aquellos ayeres con su “Potra Zaina”.
Ahí está entonces la gran similitud entre aquel campirano que tanto amó y cuidó celosamente hasta su muerte a su Potra, y el hoy mandatario mexicano, a quien emblemáticamente he convertido a través de mi pluma en el “hacendado” de ésta historieta.
Obvio es indicar, que tanto Don Lencho como La Potra Zaina ya pasaron a mejor vida.
Sin embargo, respecto al segundo personaje de ésta metáfora diremos que vive sus mejores momentos, y se asegura incluso, que desde luego, a “los vaqueros de su cuadra” les sigue evitando montar y jinetear a su “yegua”.
Sin embargo, a cambio les otorga privilegios y prebendas políticas para mantenerlos contentos y alejados de la tentación del terso lomo del animal.
En su idea de mantener contentos a sus “caporales”, les presta además el fierro de herrar, y les permite asumirse como socios del rancho, así como utilizar para sus fines el nombre y legado de la “yegua”, pero nunca, se les ofrece la opción de montarla ni tomar sus riendas de control.
Se sabe asimismo de algunos “peones” que han actuado temerariamente, tratando de saltar al lomo de la inquieta “4T”, con resultados según se ha visto, poco alentadores para ellos.
Por lo pronto, conscientes de las líneas marcadas por el “hacendado”, los valientes y aguerridos Jinetes, así como bellas y astutas amazonas se afanan en bañar, alimentar y acariciar con ternura a la yegua, con miras a lograr mantenerla bella y fuerte, y sabedores de que, en un posible intento por montarla sin permiso, la patada sería terrible.
Y es que no descarta “la peonada” la posibilidad de alcanzar el difícil permiso del “amo” para montarla en la gran “charreada mexicana” que habrá de celebrarse en el rancho “La Nopalera” en el año 2024.
¿Permitirá el dueño de la cuadra que alguien finalmente monte a la briosa “yegua 4T”?… ¿O el síndrome de “Don Lencho”, lo perseguirá de manera infinita, orillándolo a simplemente prestar sus riendas para que alguien de sus confianzas guíe al “animal”, mientras él permanece apacible en la montura?… Bueno, es que se dicen tantas cosas…