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Palco Premier

Culiacán, el mas ganador
De toda la temporada;
Pero…Jalisco fue el campeón

= Finalmente cayó la maldición del “super lider”
= Nadie con más victorias que el equipo guinda
= Vital la caída de Meneses y el Pony Quiroz
= Benjamín Gil nos aplico la misma del Paquin
= A la postre, Charros ganó con todo merecimiento

Jorge Luis Telles Salazar

Incluida la etapa completa de los “pley offs”, ningún equipo ganó más juegos que Tomateros de Culiacán, a lo largo de la recientemente concluida temporada 2024-2025 de la Liga Mexicana del Pacifico; pero el monarca es Charros de Jalisco, franquicia que ya suma tres títulos en once campañas, además de un subcampeonato.
En efecto, en esta última edición del máximo circuito invernal mexicano, Culiacán sumó 43 victorias contra 25 derrotas a lo largo del calendario regular, contra 37-31 de Jalisco, lo que representan simple y sencillamente 6 juegos de diferencia.
En postemporada, Tomateros registró 10 triunfos por 7 descalabros; Jalisco, 12 juegos ganados y solo 4 perdidos.
Sumadas ambas facetas, Culiacán conquistó 53 victorias a cambio de 32 derrotas, en tanto que Jalisco logró 49 victorias por 35 reveses, lo que representa una distancia de 3 juegos y medio en favor del equipo guinda.
Y sin embargo…Charros de Jalisco es campeón de la Liga Mexicana del Pacífico, por tercera vez en su corta historia, lo cual quiere decir que solo ha perdido una de las cuatro series finales disputadas, situación que permite sostener que el equipo de Guadalajara se consolida -contra todos los pronósticos- como una de las franquicias mas rentables de los últimos once años.
Cierto, en el mismo lapso, debajo de Tomateros que ha agregado cuatro títulos en seis series finales; pero…de todos modos, Charros es el monarca y el representante de nuestro beisbol en la Serie del Caribe que se desarrolla en estos momentos en la ciudad de Mexicali, capital del estado de Baja California.
Cosas de un sistema de competencias aprobado sin reservas por los dueños de los diez clubes y cosas del beisbol también.
La maldición que afecta al super líder es real. Culiacán no es la primera víctima de esta situación. También la han padecido los Naranjeros de Hermosillo, los Yaquis de Obregón y los Mayos de Navojoa, si la memoria no me falla.
Evidentemente una cosa es el calendario regular y otra, bien diferente, la postemporada.
Suele suceder -y sucede- que las grandes figuras del calendario regular se caigan en los momentos definitorios; que fallen, del mismo modo, los pitchers estelares; que las decisiones dudosas siempre se inclinen en favor del rival y que los golpes de suerte invariablemente estén en contra del máximo ganador del rol regular.
Si esto tiene alguna semejanza con lo acontecido durante la serie final Charros de Jalisco-Tomateros de Culiacán, será mera coincidencia.
En fin.
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Ahora que.
Lo anteriormente expuesto no tiene por objeto el restarle el menor mérito a los Charros de Jalisco, ni tampoco objetar el sistema de competencias que utiliza la Liga Arco Mexicana del Pacifico, que en esencia es prácticamente el mismo que se aplica en la abrumadora mayoría de los circuitos del beisbol organizado.
Aquí, en este mismo espacio, al concluir la primera mitad de la campaña, advertimos -a lo mejor usted lo recuerda – que había que seguir de cerca y tener mucho cuidado con los Charros de Jalisco.
El tiempo nos dio la razón.
Jalisco cerró el primer giro con saldo rojo en sus números (17 victorias y 18 derrotas); pero en la segunda vuelta fueron una máquina de jugar beisbol al totalizar 20 triunfos y 13 descalabros, ubicarse en el segundo sitio del standing y llegar a la postemporada como uno de los grandes favoritos para llegar a la final.
Charros se despachó en solo cinco juegos a los Aguilas de Mexicali -lo que le rompió el corazón a la afición “cachanilla” por lo de la Serie del Caribe – y le aplicó la misma medicina a los Naranjeros de Hermosillo, el segundo más ganador del torneo.
Así, en plan arrollador fue que llegaron a la final contra Tomateros de Culiacán.
Del otro lado de la mesa, desde el inicio de la postemporada fue notable la caída en el rendimiento de peloteros como Joey Meneses y Esteban Quiroz, quienes habían conjugado un terrible uno-dos en el orden al bat de Tomateros. También vino a menos Cristian Santana y Sebastián Elizalde nunca pudo recuperarse de la lesión sufrida en las últimas semanas de la campaña 2024 de la liga mexicana de verano.
Los movimientos realizados por la directiva del club -como la lesión, también, de Román Ali Solís y la baja de Andrés Alvarez, para dar lugar a dos pitchers relevistas venezolanos (todo un fiasco) – dejaron como titulares a Luis Verdugo en el campo corto y a Ildefonso Ruiz en la receptoría. Se trata, no lo dudamos, de jóvenes muy prometedores y que quizás a la vuelta del año ya tengan los méritos suficientes para un posible papel estelar; pero, por ahora, les quedó demasiado grande la serie final.
Finalmente, refuerzos como David Reyes y Odrisamer Despaigne fueron acertados, puesto que todos los abridores cumplieron con su responsabilidad; pero, en cambio, el relevo, que era una de las fortalezas de Tomateros, terminó por entregar las cuatro derrotas, casualmente dos para Stephen Nogosek, que era algo así como el más grande caballo en el bullpen Tomatero.
Y la verdad, no es que lo hayan hecho mal. Hay que admitir que si pusieron alma y corazón; pero fallaron en el momento oportuno.
Ahora que tiene que reconocerse, por otro lado, el gran equipo que es Charros de Jalisco, con un bateo impresionante y uno de los mejores bull pens que hemos visto a lo largo de toda la historia de la Liga Mexicana del Pacífico.
Lo apreciamos en prácticamente todos los juegos. Una especie de cerrojo inexpugnable.
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Y bien.
Pues se perdió la serie final contra Charros de Jalisco, aquí en el estadio Tomateros, en el sexto duelo de la confrontación. De 20 jugadas, es la final 08 en la que Culiacán es derrotado. Ha ganado, las otras 12.
Y Benjamín Gil nos aplicó la misma que Paquin Estrada. Ambos, los managers más ganadores de títulos con Culiacán. Y de la liga misma en general.
En 1999 Tomateros jugo la final contra Aguilas de Mexicali, que traía a Paquin Estrada como timonel. Paquin, al frente de Culiacán, había ganado los campeonatos en 1983, 1985, 1996 y 1997. Para la campaña 98-99 vino como manager de Mexicali y se adjudicó el campeonato, aquí mismo, en el viejo estadio “Angel Flores”. Paquin todavía volvió a Culiacán y obtuvo dos títulos más: en 2002 y en 2004, para convertirse en el manager mas laureado en la historia del beisbol invernal.
Como jugador, Benjamín Gil gozó intensamente de los títulos de 1996, 1997, 2002 y 2004, además de dos en series del Caribe (96 y 2002). Como manager fue campeón en 2015, 2018, 2020 y 2021 y subcampeón en 2022. Ahora, como estratega de Jalisco, nos hizo lo mismo que Paquin: ganarle una corona a Tomateros, en su propia casa y ante su propia gente, en momentos en que Culiacán requería, con urgencia, de una alegría y una satisfacción de esta naturaleza. Simplemente hizo su trabajo.
Así de sencillo, amigo lector.
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ENE 1 2025

Por elpiripituchi

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