COLUMNAS POLÍTICAS DE SINALOA
SÁBADO 12 DE OCTUBRE DE 2024COLUMNAS
COLUMNAS POLÍTICAS DE MEDIOS IMPRESOS Y PORTALES
Sinaloa, Sheinbaum y la estrategia de seguridad del sexenio
En Sinaloa se definirá el éxito o el fracaso de la estrategia de seguridad de la Presidenta Claudia Sheinbaum. El tamaño y peso de las dos fracciones antagónicas del Cártel de Sinaloa es tal, tanto a nivel nacional como internacional, que el resultado de la guerra fratricida y la manera en la que intervenga el Gobierno mexicano determinará las decisiones que se tomarán en el resto del territorio nacional en materia de seguridad nacional a lo largo del sexenio.
Es también muy probable que los resultados de esta guerra narca definan las relaciones de los gobiernos de Estados Unidos y México en materia de seguridad. La fracción de los hijos de Joaquín Guzmán, no se nos olvide, esto es muy evidente, negoció, ya sea con la DEA, la CIA o el mismo Departamento de Estado, la entrega de “El Mayo” Zambada sin que las instituciones de seguridad del gobierno de López Obrador se enteraran, lo cual metió “en pausa”, como lo señala la Presidenta Sheinbaum, los tratos diplomáticos entre ambos países. Es decir, la manera en que se resuelva este conflicto bélico criminal entre la “Chapiza” y la “Mayiza” también va a orbitar en las definiciones de políticas de seguridad de ambas naciones.
Cualquiera de las dos fracciones del Cártel de Sinaloa tiene en ambos países tal poder criminal que se convirtió en un factor de decisión en materia de seguridad. Los grandes capos sinaloenses han negociado históricamente con diferentes gobiernos mexicanos y lo mismo han hecho, aunque en otras condiciones y maneras, con el gobierno de Estados Unidos. Un ejemplo rotundo es la más reciente negociación de la fracción Guzmán con alguna instancia mayor del Tío Sam para entregar a “El Mayo” Zambada.
El Cártel Jalisco Nueva Generación tiene una presencia delictiva semejante a la de los grandes capos sinaloenses, pero ni con los gringos ni con el Gobierno mexicano tienen el mismo poder de negociación política.
Por el curso que lleva la guerra narca todo indica que terminará con la derrota, sino definitiva si por lo menos temporal, de una de las dos fracciones, pero eso no podrá llevar a decir a la doctora Sheinbaum que su estrategia está funcionando y que, en este caso, ha triunfado. Todo depende de cómo actúen las Fuerzas Armadas, la Fiscalía General, la Secretaría de Seguridad, la de Gobernación y la misma Presidencia de la República. Tendrá que verse en esta crisis que el Estado Mexicano sale fortalecido, sepultando la idea, reproducida por sus críticos, de que está subordinado a los cárteles de la droga.
Varias plataformas electrónicas, seguramente ligadas algunas de ellas a las dos fracciones en combate, hablan de que va ganando uno u otro bando. Por ejemplo, una de ellas, ligada a la “Mayiza”, anunció que la guerra terminaría ayer viernes, pero, por lo que informan los medios, no parece que vaya a ser así y que, más bien, los enfrentamientos no cesarán pronto y que la guerra será prolongada.
En este escenario de violencia e inseguridad, la nomenklatura del Partido Sinaloense, cuyo líder y fundador, Melesio Cuén, era amigo cercano a “El Mayo” Zambada, quiso utilizar nuevamente a la UAS para profundizar la inestabilidad social, económica y política que se vive en el territorio sinaloense y más particularmente en Culiacán. De manera irresponsable les hacían el juego a los bandos delictivos llamando a un paro de las actividades de la institución buscando meter al Gobierno de Sinaloa en una crisis mayor. En lugar de contribuir, como institución académica, a elaborar una narrativa pacifista, actuaron como lo que son, un actor político primitivo y delictivo que echa leña al fuego.
Por fortuna, hubo académicos y estudiantes de la UAS que se opusieron a la manipulación política del PAS. Este hecho pronto empezó a generar un eco en la comunidad universitaria, lo cual, sin duda, hizo ver a los pasistas que su decisión política iba a fracasar muy pronto. Por otra parte, el malestar de otros sectores de la sociedad sinaloense ante el paro, así como el llamado de la Secretaría de Gobernación para que entablaran pláticas con los representantes del Gobierno de Sinaloa, los obligó a llamar al regreso a clases.
La doctora Sheinbaum declaró que el conflicto del PAS-UAS con el Gobierno de Sinaloa debería resolverse en el propio estado. Esto es lo correcto, pero siendo el Gobierno federal el principal contribuyente financiero de la Universidad, debe actuar con decisión para que en Sinaloa la principal universidad pública deje de ser un instrumento político del PAS y no permita que ni Morena ni ningún otro partido se encaramen en ella, si es que está pensando en que las universidades, a través de la educación y la ciencia, sean baluartes de su estrategia de desarrollo. Ella sabe que, para que eso sea posible, las universidades deben ser plenamente autónomas en sus políticas educativas, científicas y culturales.
Ante este enorme conflicto, la Presidenta Claudia Sheinbaum tendrá que actuar con celeridad, inteligencia y eficacia para entregar resultados positivos en materia de seguridad, el tema más relevante para el País al inicio de su mandato. Salir avante en Sinaloa le dará fuerza y legitimidad para dar pasos en otros estados, como Guerrero, Chiapas o Guanajuato, tan sólo para mencionar tres entidades también severamente golpeadas por el crimen organizado.
Posdata
No han sido muchos los ciudadanos de Culiacán que han salido a las calles a protestar contra la violencia o a buscar con valentía rehacer la vida económica y social de la capital, pero sí demuestran gran dignidad, valor civil y amor por la ciudad. Nuestra solidaridad para ellos. (Noroeste)
GERARDO LÓPEZ GARCÍA
¿Quién tiene la culpa de la violencia en Sinaloa?
Sinaloa lleva semanas bajo una ola de violencia derivada del enfrentamiento entre distintas agrupaciones criminales que tienen su centro de operaciones en ese estado. En su momento, al preguntarle al respecto al entonces Presidente Andrés Manuel López Obrador respondió que “puede ser resultado de las acciones del Gobierno de los Estados Unidos”, refiriéndose a la captura (¿extracción, secuestro, entrega?) de uno de los capos de la droga del País y presunto socio de Joaquín Guzmán Loera, Ismael “El Mayo” Zambada, lo cual causó controversia entre analistas y políticos de Oposición.
Sin embargo, considero que la declaración de López Obrador tuvo un punto importante y me explico: desde el inicio de la guerra contra las drogas promovida por el Gobierno estadounidense, una de las piezas fundamentales ha sido la Kingpin Strategy. Dicha táctica consiste en la detención de líderes criminales con el objetivo de debilitar las estructuras de las organizaciones delictivas a las que pertenecen (1). Según el analista Carlos Pérez Ricart, estas capturas se convirtieron en un fin en sí mismo y no en un medio para enfrentar el tráfico de drogas y detener la violencia que regularmente acompaña a esta actividad. El error fundamental de esta visión recae en que asume que estas agrupaciones, bautizadas por la DEA como “cárteles de la droga”, son verticales y homogéneas y no organizados a partir de redes (2), como comúnmente son, por lo que la ausencia del líder irrumpiría efectivamente el resto del desarrollo de las actividades de la organización.
Con la decisión del Presidente Felipe Calderón de enfrentar frontalmente a los grupos criminales dedicados principalmente al tráfico de droga en México, y con el apoyo del Gobierno estadounidense, era previsible también la adopción de esta estrategia. En este contexto, si algo le sobraba a México eran los mitificados líderes del tráfico de drogas, por lo que la estrategia prácticamente se justificaba por sí sola ¿quién se iba a oponer a la necesidad de realizar operativos para detener líderes violentos y peligrosos como Joaquín Guzmán o Ismael Zambada? (Ahora los dos presos en los Estados Unidos).
Pero pronto fue visible en México que, como una consecuencia no esperada de la Kingpin Strategy, se produjo el incremento de la violencia en los territorios donde la agrupación del líder capturado tenía presencia (3). A reserva de comprobar que efectivamente esta es la explicación para la ola de violencia actual en Sinaloa, si se trató de un operativo del Gobierno estadounidense sin el conocimiento y consentimiento del Gobierno mexicano, además de los problemas diplomáticos que esto implica, deja al Gobierno mexicano en total vulnerabilidad sin capacidad de reaccionar de manera inmediata a la violencia desatada de los grupos criminales en Sinaloa.
Las autoridades mexicanas aprendieron del fracaso del primer intento de captura de Ovidio Guzmán en un episodio conocido como “el culicanazo”. En esa ocasión, una violenta reacción de civiles armados impidió la captura de Guzmán, presunto líder de un grupo criminal sinaloense. En un segundo operativo que se llevó a cabo con mayor preparación y con las fuerzas del Estado listas para repeler cualquier agresión, finalmente se logró su detención.
En el caso de Zambada, sin embargo, las autoridades no recibieron ninguna advertencia que les permitiera prepararse para la ola de violencia que siguió a su captura. No fue sino hasta varios días después que el Gobierno reaccionó para intentar reducir la violencia (4).
Sin pretender eximir a las autoridades en su responsabilidad en el deterioro de la seguridad en el País, podría argumentarse que un presunto operativo realizado por el Gobierno estadounidense para capturar a un líder de un Grupo de la Delincuencia Organizada (GDO) en México es causa inmediata del incremento de la violencia en Sinaloa. Lamentablemente, el secretismo y desinformación en torno a lo sucedido por ahora solo deja espacio para formular conjeturas y en el peor de los casos, especulaciones.
En otra declaración, López Obrador afirmó que lo importante era “evitar que se enfrenten los grupos que están en pugna” (5), pero ¿esto basta para pacificar Sinaloa? Esta declaración invita a pensar dos situaciones: primera, que ya no existan grupos que disputen mercados criminales o, segunda, que exista un grupo dominante con un liderazgo centralizado al cual nadie le dispute su poder ni los grupos rivales ni las fuerzas federales.
El primer escenario es deseable, pero actualmente una utopía, ya que no es previsible en el corto o mediano plazo una completa neutralización de las agrupaciones delictivas que actualmente asfixian Sinaloa.
De manera pragmática, lo que por ahora pueden optar las autoridades es al segundo escenario, aunque dicha medida sea criticada de únicamente administrar la violencia. Pensar en este escenario también tiene lógica y el caso de Sinaloa es un claro ejemplo: la ausencia de conflictos entre grupos suele traducirse en periodos de baja violencia homicida (al menos en comparación con otras regiones del País), lo que permite que las actividades criminales como el tráfico de drogas se desarrollen con menos obstáculos. Es probable que esto era lo que López Obrador tenía en mente cuando afirmó que había que evitar que los grupos se enfrenten.
Sin embargo, esta idea parte de un error: asumir la existencia de “los cárteles de las drogas” en los términos dominantes. Son varios analistas quienes han señalado los errores en los que se pueden incurrir al usar el término “cártel” (6): la idea de que grupos rivales se organicen para reducir o eliminar la competencia es inexistente, ya que como dice el investigador Luis Astorga (7), lo que tenemos es un “campo delictivo donde predomina, en la actualidad, una estructura oligopólica, conformada por organizaciones y coaliciones de distinto tamaño y composición en competencia permanente por la hegemonía”, en otras palabras, tenemos un conjunto de interacciones ilegales entre distintos sujetos sociales que se estructuran alrededor del tráfico de drogas. Confiar en que la violencia disminuirá bajo el control de un solo grupo ignora la realidad.
Con o sin intervención estatal, los acuerdos de convivencia y cooperación establecidos entre representantes de grupos delictivos son endebles y pueden romperse en cualquier momento por el estado de permanente competencia en el que están, lo que desata conflictos violentos por el control de los mercados criminales. Además, la intervención estatal es y debe ser una constante, ya que las autoridades no pueden renunciar al ejercicio de la función de seguridad con el pretexto de evitar que grupos entren en conflicto.
La solución, sin duda, no es sencilla pero no podemos esperar a que la “situación se normalice” en Sinaloa, ya que, sin la acción de las autoridades, esa normalidad significa la continuidad de la entidad como ese centro de operaciones de un grupo dominante, es decir, un polvorín a la espera de la próxima chispa que comience una nueva ola de violencia. (Noroeste Culiacán)
TERCER PISO
¿Reto? Al arribo de los destacamentos de la Sedena y la Guardia Nacional para reforzar los operativos contra la delincuencia que prevalece en la capital de Sinaloa, le ha seguido una escalada delictiva. Culiacán amaneció ayer con autos incendiados en sus avenidas, comercios vandalizados, saqueados, reportes de personas privadas de la libertad y el homicidio de una persona en un hospital. Si no es un reto de la delincuencia, parece.
Encontronazo. De a peso se pusieron las cosas en el PAN al iniciar Wendy Barajas y Vanessa Sánchez sus campañas por la dirigencia estatal. En el norte, Jacob Pérez, líder con permiso del partido en Ahome, está haciendo labor para allegarse de votos para llegar junto con Barajas, pero el exalcalde de Choix Juan Carlos Estrada le juega las contras, ya que está con Sánchez. Hay tiro, pues.
Posibles cargos. Hace unos días se mencionaba al alcalde Édgar González que al dejar el cargo podría ser integrado a la Secretaría de Gobierno de Sinaloa. Sin embargo, el cargo deja do por el ahora senador Enrique Inzunza ya está cubierto por el exdiputado Feliciano Castro. Hoy de nuevo surge el nombre de González Zataráin, pero para suplir a Luis Loaiza Pérez, director de Vialidad y Transportes, que recientemente falleció. En espera.
Valoración. La alcaldesa electa de Guasave tuvo una reunión esta semana con su Comisión de Enlace para el pro ceso de entrega-recepción, pues quería saber cómo va el avance en las áreas del Ayuntamiento, con el fin de tener un diagnóstico preciso de ello. Tal parece que Cecilia Ramírez quedó satisfecha con los datos que le dieron, pues en las fotos con sus funcionarios aparece muy sonriente, o por lo menos eso aparenta.
La colecta. El lunes próximo, el patronato de Bomberos de la ciudad de Guamúchil iniciará su colecta anual, la cual primero en las escuelas, anunció el presidente de la institución, Abraham Portillo Bojórquez. Además, dijo que a como está la situación financiera en el estado, es difícil poner una meta este año, por lo cual quedará a lo que la población quiera donar y con la esperanza de recaudar lo mismo que el año pasado. (El Debate de Culiacán)
POR AUMENTO Y DISMINUCIÓN/ALEXANDER QUIÑONEZ
Una evocación de los contrastes sinaloenses
Seguimos en estos días inciertos. Son jornadas aún cálidas en las que la mayoría sale a la calle como avatares de sí misma, sin la certeza de con qué susto llegaremos al ocaso del día. Aunado a ello, tenemos con el inundante acceso digital una percepción muy nítida de los peores escenarios posibles que pueden resultar de salir a la calle y hallarse en un segundo cualquiera, en medio del clímax de una violencia que todavía crecerá.
Y ahora, con la llegada de un equipo de Fuerzas Especiales del Ejército algunos analistas señalan la coincidencia de puntos en la estrategia que se proyecta implementar en Sinaloa y la estrategia similar que en su momento se implementó en Tamaulipas y llevó al nacimiento del grupo de Los Zetas. Un analista sentenció que con el envío de esos elementos especiales se le está facilitando un manual de capacitación a los grupos criminales.
La visita del gabinete de seguridad estuvo muy bien, pero el caminar por Las Quintas con un fuerte cerco de seguridad y estando bien abrigado por un suéter que seguro tapaba un muy buen chaleco antibalas no le iba a dar al secretario García Harfuch un real muestreo del problema que viven los sinaloenses, más allá de gráficos y cifras. Su acción fue calificada como ridícula por líderes y organismos empresariales. Mientras, primarias por las que no da rondín patrulla alguna, robo de autos registrados por el ojo público ciudadano y comercios saqueados. Culiacán mismo es muy diferente para el trabajador precarizado de la periferia al del servidor público que va obligado a medio llenar un estadio de béisbol.
Mientras, por fortuna hay algo de música. La Osslatocó Las Estaciones de Vivaldi ayer en un concierto que mostró cierta falta de planeación: se tuvo que alargar el intermedio para instalar bien el equipo del guitarrista invitado y el director mismo hubo de pedirles a los músicos reacomodar sus sillas y atriles a razón de que los trabajadores les ubicaron incorrectamente. Afortunadamente fue también en esa segunda parte donde mejor sonó la orquesta, como los remos de góndolas que suben y bajan y en ello interpretan esa inmortal evocación a la naturaleza legada por Antonio Vivaldi; espectadores decían que la interpretación de Vivaldi les dejó el corazón latiendo rápido. Fue de solamente los instrumentos de cuerda y la guitarra eléctrica de Robbin Blanco, sobre la que yo habría preferido una tambora.
Quizá sea lo más cerca de la Orquesta Sinaloa de las Artes, la Ossla, de presentarse en una orquestación barroca, de aquella música con tanto repertorio y compositores como para llenar más de un listado alfabético. Y total y ayer jueves fue el ensayo para una buena interpretación este domingo a mediodía, porque la sustancia del problema sigue estando en gran medida en la concurrencia, en que como público no terminamos de estar a la altura de la presentación; abundó gente que entraba y salía, que fotografiaba con flash, reproducía audios o adolescentes que jugaban videojuegos.
En taquilla la gente se quejó de la comisión de la empresa que vende boletos, que es un sobreprecio al precio mismo de entrada y del cual la gente no está informada. Al parecer ni siquiera las personas en silla de ruedas reciben el descuento para personas con discapacidad. En lugar de estar los empleados de la empresa boletera tirados en el suelo a la entrada del recinto, uniformados, bien podrían ser asignados a cuidar el orden del teatro, cosa que si se hace en los otros eventos con cobro en el mismo Teatro Pablo de Villavicencio. Pero, como las estaciones mismas, todo pasa. Ya veremos el mañana y sus evocaciones. (El Debate Culiacán)
OJO INDISCRETO / TOMÁS CHÁVEZ
Mientras en el ámbito nacional está muy apagada la contienda por la sucesión de Marko Cortés en la dirigencia del PAN, aquí en Sinaloa, ayer las dos aspirantes, Wendy Barajas, de Mazatlán, y Vanessa Sánchez, de Culiacán, iniciaron las campañas para suceder a la actual dirigente, Roxana Rubio. Antes, para el registro, ambas candidatas tuvieron que conseguir mil 500 firmas de apoyo y se disputan el voto de cerca de 7 mil militantes que tiene el partido en Sinaloa. Aquí en Ahome las aspiraciones de Wendy son apoyadas por el bloque hegemónico que encabezan los exalcaldes Francisco López Brito y Zenén Xóchihua, e incluso en la planilla va el dirigente del Comité Municipal, Jacob Pérez.
Posiblemente por sentir que va en desventaja, Vanessa Sánchez había solicitado que se pospusiera la elección, aduciendo que no había condiciones para realizarla por la inseguridad que impera en Culiacán, pero desde la dirigencia nacional ratificaron que la votación se efectuará el 10 de noviembre.
La contienda por la dirigencia nacional inició el 26 de septiembre y, hasta el momento, Adriana Dávila es la única aspirante que ha estado aquí en Los Mochis; por cierto que dejó buena impresión y ha recorrido el país, pero del denominado candidato oficial, Jorge Romero, no se sabe que haya visitado las plazas de provincia, positivamente porque se siente muy seguro que ya cuenta con “el dedazo” para relevar a Marko Cortés. El PAN tiene 277 mil 665 militantes y se asegura que está en riesgo de perder el registro. La elección se efectuará el 10 de noviembre y los morenistas acusan a la cúpula nacional de estar controlada por el denominado “cártel inmobiliario”.
Popurrí. Se vislumbra que el alcalde Gerardo Vargas le dará prioridad a la difusión en las redes sociales a su tercer informe de gobierno, que se efectuará el próximo martes con “una sencilla sesión de cabildo”, como lo anuncia; sin embargo, ya se difunden los logros de su administración que está por concluir. “Les presento los resultados de un gobierno de a de veras”, dice el video que se difunde, con imágenes de patrullas y elementos policiacos, de Protección Civil, Bomberos y paramédicos y de las jornadas de bienestar. Resalta que vivimos en un municipio seguro, con paz.
Violencia. Es impresionante la cantidad de elementos militares, de la Guardia Nacional, de los tanques blindados, de los drones que ha llegado a Culiacán durante los últimos días, que patrullan la ciudad y que, sin embargo, aún no ha logrado erradicar los narcobloqueos, la quema de vehículos y el asesinato de personas supuestamente ligadas a los cárteles. Sin duda que se requiere tiempo y mucha más labor de inteligencia para pacificar a Sinaloa.
Agricultura. Agricultores de Sinaloa cifran sus esperanzas en que el gobierno federal les brinde apoyos para la producción y la comercialización, después que ayer el secretario de Agricultura, Ismael Bello, asistió a la reunión de la Sader, que presidió Julio Berdegué, en la que se presentó el programa agroalimentario para todo el país. (El Debate de Los Mochis)