Vanessa Felix
El pueblo manda, y el Congreso acata. Creo esa frase enmarca lo que estamos viviendo en materia de la reforma al poder judicial. 36 millones de mexicanos avalaron la plataforma electoral de Claudia Sheinbaum y la 4T. Votaron por un cambio y se debe respetar la voluntad de las mayorías.
Desde la oposición, se resisten a reformar el poder judicial porque está más que evidenciado que es uno de sus últimos reductos para continuar engañando y robando al pueblo. Resulta inverosímil creer que luego de décadas de malos gobiernos “ahora sí” pretendan ver los intereses del pueblo. Dijo alguien que, si el PRI y el PAN no querían la reforma, entonces era buena y había que hacerse.
Después de varios foros y mesas de socialización del tema de la reforma del poder judicial, la LXVI legislatura llegó con todo. No demoraron y de inmediato procedieron.
Creo que basta con leer los puntos clave del cambio recién votado para entender que la reforma lleva puntos muy interesantes. Lo que se busca es la creación de un sistema de justicia más accesible y cercano a la ciudadanía. La implementación de mecanismos para prevenir la corrupción y la colusión entre jueces y políticos. La creación de un órgano autónomo para investigar y sancionar a jueces y magistrados corruptos.
En acatamiento al pueblo, este miércoles en la madrugada, en una sede alterna y tras 18 horas de discusiones, finalmente se aprobó el dictamen en lo general que reforma al poder judicial. Con 359 votos a favor, no hubo problema alguno y se ha enviado al Senado para su discusión y votación.
A la Dra. Sheinbaum le están funcionando sus alfiles en el poder legislativo. El coordinador de la Jucopo de la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal ha cumplido esta primera encomienda popular. Hábil y experimentado, en tres días evaluó la situación. Planes A y B por si algo fallaba para ejecutar a la perfección el Plan C. Logró la participación de los diputados de la oposición (MC, PAN, PRI). Llevó hasta banquete con manteles de sus respectivos colores, para que no pusieran pretextos. En definitiva, una operación quirúrgica.
La próxima presidenta llegará fortalecida y arropada por las cámaras. El segundo piso de la 4T se construye de manera sólida. Mientras tanto, desde la oposición continúan sin articular. Se empeñan en desinformar y en rechazar sistemáticamente el mandato del pueblo. De ahí que las pírricas pero respetables manifestaciones que orquestan no prosperan.
El gran respaldo popular a la reforma, indica un fuerte deseo de renovación y transformación en el poder judicial. Tan necesaria para restaurar la confianza en las instituciones, combatir la corrupción y la impunidad, así como garantizar la independencia e imparcialidad de los jueces y sobre todo, mejorar la eficiencia y transparencia de la impartición de justicia.
El fin de la “aristocracia togada” y el comienzo de la justicia al servicio del pueblo.
X: @vanessafelixmx