Eduardo Ruiz-Healy
En las elecciones que se realizan este año, una cifra récord de mujeres compite para ganar los miles de cargos federales, estatales y municipales que están en disputa.
La coalición Morena-PT-PVEM lanzó a Claudia Sheinbaum como su candidata a la Presidencia de la República y a mujeres para las gubernaturas de la Ciudad de México, Guanajuato, Jalisco, Morelos y Veracruz. Por su parte, la coalición PAN-PRD-PRI postuló como su candidata presidencial a Xóchitl Gálvez y a candidatas para las gubernaturas de Guanajuato, Jalisco y Morelos. En Tabasco, el PAN lanzó a una mujer para la gubernatura y MC hizo lo mismo en cinco estados. Además, miles de mujeres harán campaña para lograr ser electas senadoras, diputadas federales o locales, presidentas municipales, alcaldesas y otros cargos.
La presencia de tantas mujeres en el proceso electoral de 2024 afectará la manera de actuar de quienes comentamos sobre asuntos políticos y electorales en cualquier medio de comunicación, ya que la forma en que tradicionalmente se ha hablado sobre candidatas frente a sus contrapartes masculinas ha sido desigual, como lo señala un estudio conducido por los académicos Tobías Rohrbach, de la Universidad de Friburgo, y Daphne Joanna van der Pas y Loes Aaldering, de la Universidad de Ámsterdam. Mismo que puede verse en tinyurl.com/mtnrdytz
El estudio analizó varios casos, entre ellos el de Sanna Marin, quien en un vídeo que se filtró en agosto de 2022, aparece bailando en una fiesta. Los medios de comunicación reaccionaron masivamente ante lo que era, básicamente, una mujer de 36 años pasando un buen rato. Los comentarios se centraron en el estilo de bailar de la entonces primera ministra finlandesa, hasta el punto de que tuvo que someterse a un control antidopaje para acabar con las especulaciones sobre su vida privada. Aunque fue exculpada de cualquier delito, dejó el cargo tras perder las elecciones generales de abril de 2023.
Lo que demuestra el estudio es el doble rasero con el que se juzga a hombres y mujeres en política. Mientras los medios tienden a evaluar a los políticos masculinos por sus competencias y habilidades, las mujeres son a menudo analizadas y criticadas por su apariencia física, forma de vestir y vida personal. Esta diferencia conlleva serias repercusiones en la percepción pública y, en última instancia, en los resultados electorales. El estudio revela que aunque los votantes no somos inherentemente sesgados por género, la forma en que los medios enmarcan a los candidatos puede sesgarnos. Esto no significa que toda atención mediática sea negativa para las candidatas; a veces, como en ataques durante las campañas, ellas pueden recibir un trato más favorable. Sin embargo, la tendencia general es clara: los medios perpetúan y refuerzan estereotipos de género.
Por lo anterior, es crucial que los periodistas y comentaristas adoptemos un enfoque más equilibrado en nuestra cobertura. Los medios reflejan la realidad y también la moldean. Quienes a través de ellos opinamos y analizamos debemos contribuir a la creación de un campo de juego más nivelado, donde mujeres y hombres compitan en igualdad de condiciones. Solo así podremos lograr una representación verdaderamente equitativa y justa en nuestra vida política.
Facebook: Eduardo J Ruiz-Healy