JOSE LUIS LÓPEZ DUARTE

En la raya.
El caso Vargas.

  • cosa juzgada

hoy por la noche seremos testigos de un capítulo crucial en la política de Ahome y, por extensión, Sinaloa. A las 8 p.m., el pleno del Congreso del Estado se reunirá de manera extraordinaria para sesionar en secreto, donde la fiscalía presentará acusaciones contra el presidente municipal de Ahome, así como contra Gerardo Vargas, por presunto desvío de recursos públicos. En este contexto, la defensa de los acusados también tendrá su espacio para argumentar, lo que culminará en una votación trascendental sobre el desafuero del presidente municipal.

A primera vista, la capacidad de Gerardo Vargas para evadir un acuerdo de desafuero podría parecer factible. Sin embargo, el trayecto que han seguido casos similares en Sinaloa, como los de Jesús Estrada Ferreiro y el químico Benítez, nos lleva a concluir que no se trata de un simple acto de justicia, sino que, más bien, hay un objetivo político claramente delineado. Los que alguna vez pensamos que podríamos evitar llegar a este punto ya tenemos claro que es, en gran medida, un tema juzgado. Las decisiones tomadas hasta ahora parecen pasar por encima de la ética y se ajustan más a un cálculo político que a un verdadero deseo de justicia.

La situación es aún más compleja al considerar el contexto nacional de Morena. Desde el ultimo consejo nacional del 15 y 16 de septiembre pasado, donde Luisa María Alcalde reemplazó a Mario Delgado, hemos visto cómo la dinámica dentro del partido se ha transformado. Han transcurrido más de siete meses desde entonces, y el panorama actual se caracteriza por cambios drásticos en la presidencia de la República y en el partido mismo.

El país enfrenta una crisis social y económica significativa, sumada a conflictos internos que son cada día más evidentes. La reciente manifestación de desacuerdo en el congreso del Partido del Trabajo, donde Fernández Noroña fue abucheado y prácticamente expulsado, pone de manifiesto la fragilidad de la alianza entre Morena y el PT. Este tipo de eventos revela las tensiones acumuladas y las divisiones crecientes que amenazan con fracturar la cohesión del bloque.

Adicionalmente, las confrontaciones entre los legisladores de Morena y la presidenta Claudia Sheinbaum, sobre la reelección y temas de nepotismo, han avivado el fuego de la disidencia interna. Las iniciativas de la presidenta han sido sistemáticamente rechazadas, lo que denota un ambiente hostil y polarizado al interior del partido. Además, la demanda de renuncia de la secretaría de Bienestar por parte de 80 diputados federales refleja la agitación y la turbulencia que se viven en las filas morenistas.

Frente a esta realidad, no se puede afirmar que Morena esté en una situación boyante. Por el contrario, cada día que pasa, los problemas se multiplican y se complican. La presión que enfrenta es innegable, y el escenario se asemeja a un toro embravecido que, si no se controla, puede resultar en consecuencias negativas para el partido y sus líderes. La ecuación política que tienen delante no es sencilla. Está claro que necesitarán aplicar un considerable talento político para navegar a través de estas aguas turbulentas.

El próximo domingo 4 de mayo se realizará un nuevo consejo nacional de Morena que será un día decisivo, tanto para el futuro de Gerardo Vargas como para la estabilidad de Morena en Ahome. Habrá que observar con atención cómo se desarrolla la situación en el Congreso del Estado y cuáles serán las repercusiones en el consejo nacional de Morena. El tiempo dirá si lograron encontrar una salida o si, por el contrario, caerán en un desatino político mayor que marcará el rumbo de su futuro. Vamos a ver cómo se desenvuelven estos acontecimientos, pero lo que está claro es que el camino por delante está lleno de desafíos.

Por elpiripituchi

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