
Alejandro Moreno
¿Y el ethos obradorista?
Los opositores están un poco más al tanto de los dichos de López Obrador como una forma de medir y criticar la coherencia de la ‘4T’
Una de las cosas que el ex presidente López Obrador fue construyendo a lo largo de su sexenio fue una especie de ethos obradorista, un código de principios y creencias que comunicaba y reforzaba en su continuo discurso, en sus mañaneras, en sus declaraciones públicas, y que jugaba el papel de decálogo de la ‘4T’.
A casi seis meses de haber dejado el cargo y de no dejarse ver por la opinión pública, resulta pertinente preguntarse qué ha pasado con el ethos obradorista, con esos principios que el expresidente fue esparciendo y cultivando a lo largo de los años.
No es una pregunta menor, ya que a los principales representantes de la ‘4T’ es probable que se les siga midiendo con esa regla, que incluía una noción de austeridad, la idea de que no puede haber gobierno rico con pueblo pobre, entre otras premisas que constituyen el código del obradorismo.
Hace dos años, en febrero de 2023, intenté medir el alcance del ethosobradorista entre la opinión pública nacional, viendo si las personas conocían algunas de las frases del entonces presidente, pidiéndoles que las completaran.
El ejercicio se hizo mencionando seis frases o dichos de AMLO. Una de ellas, la más conocida (“Abrazos, no balazos”), fue correctamente completada por 79 por ciento de las personas, mientras que la menos conocida (“No mentir, no robar, no traicionar”) la recordaba 36 por ciento.
El ejercicio lo volvimos a hacer en febrero de este año, con la curiosidad de ver qué tanto arraigo siguen teniendo las frases de AMLO a dos años de la primera medición y casi a medio año de que dejó Palacio Nacional.
Si usted piensa que el ethos obradorista ya está quedando en el olvido, sorpréndase: cuatro de las seis frases crecieron en porcentaje de conocimiento, mientras que sólo dos disminuyeron.
La frase “Abrazos, no balazos”, asociada con la estrategia de seguridad, creció en conocimiento de 79 a 86 por ciento; mientras que la frase “No puede haber gobierno rico con pueblo pobre”, la base de la austeridad republicana, creció aún más, de 56 a 85 por ciento. Esas dos son las frases más recordadas de AMLO hoy en día.
Por su parte, la frase “Por el bien de todos, primero los pobres”, que es de las que ya utilizaba desde antes de llegar a la Presidencia, creció de 53 a 61 por ciento.
Otra frase que registró un aumento en conocimiento fue “Mi pecho no es bodega”, la base de sus respuestas a críticos y opositores, o de desacuerdo con otras maneras de ver las cosas distintas a la suya.
Las dos frases que disminuyeron su visibilidad en el ethos obradorista representan, curiosamente, dos principios centrales de éste: “No somos iguales”, que jugaba el papel de distinguir a su gobierno y sus ideales de la corrupción del pasado, y “No mentir, no robar y no traicionar”, que refuerza esa naturaleza incorruptible que el expresidente enfatizaba en su discurso.
La primera frase bajó en conocimiento de 43 a 26 por ciento, mientras que la segunda bajó de 36 a 22 por ciento, siendo las frases o principios que perdieron más presencia en el código del obradorismo actual.

En general, el ethos obradorista en su conjunto se fortaleció estos dos últimos años, si consideramos que el promedio de frases completas que recuerda la gente aumentó de 3.1 a 3.4.
Sin embargo, otra lectura distinta surge si consideramos que ese aumento se dio principalmente entre simpatizantes de la oposición (al subir el promedio de 1.8 a 2.6), pero bajó entre simpatizantes de Morena, al pasar de 4.8 a 3.8.
Una interpretación: los opositores están un poco más al tanto de los dichos de AMLO como una forma de medir y criticar la coherencia de la ‘4T’ (piense en las críticas al senador Fernández Noroña en su reciente viaje a Europa en primera clase).
Por otro lado, es notable el debilitamiento del ethos obradorista entre el electorado morenista. La pregunta es qué está llenando o va a llenar ese creciente vacío entre las bases del movimiento.

MAR 22 2025