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Un bajo crecimiento y los aranceles podrían arruinar los planes de Sheinbaum
Por:EL ECONOMISTA
Eduardo Ruiz-Healy
L os más de 20 programas y planes anunciados por la presidenta Claudia Sheinbaum fueron diseñados bajo el supuesto de que en 2025 el PIB del país crecería 2.5%, y más en los años subsecuentes. Sin embargo, tanto el Banco de México como el Fondo Monetario Internacional han advertido que, si todo sale bien, la economía mexicana apenas crecerá 0.6% este año. Y si Donald Trump cumple su amenaza de imponer un arancel de 25% a las exportaciones mexicanas, la economía podría desplomarse hasta en 2%, dejando sin oxígeno las finanzas públicas y obligando al gobierno a recortar programas.
La presidenta heredó un país con un déficit fiscal del 5.9% del PIB, finanzas públicas ya comprometidas y una recaudación tributaria que, si bien ha aumentado, sigue siendo insuficiente para sostener el nivel de gasto social que irresponsablemente impulsó el aldeano que la precedió en el cargo. Con un crecimiento mínimo, la recaudación será menor a lo proyectado. Por lo tanto, el gobierno tendrá que decidir qué programas recortar, cuáles posponer y cuáles cancelar. Claro que no se anunciará abiertamente cuáles serán afectados, pero tarde o temprano la realidad se impondrá.
En este contexto de bajo crecimiento, los proyectos de infraestructura serán los primeros en ser cancelados. La promesa de ampliar la inversión en trenes, carreteras y energía verde se desmorona cuando los ingresos no alcanzan. Y aunque los programas sociales son políticamente intocables, su expansión tendrá que frenarse. De hecho, algunos de los que cuentan con más presupuesto ya han sufrido recortes, incluyendo la Pensión para Adultos Mayores. A los defensores de la 4T no les queda más que esperar que “el pueblo bueno y sabio” lo entienda.
Ahora bien, si el bajo crecimiento ya plantea un panorama difícil, los aranceles de Trump convertirían la situación en una crisis económica de gran escala. México sigue siendo un país altamente dependiente de EU: 78% de sus exportaciones van hacia ese país. Un impuesto de 25% las haría menos competitivas, afectando a sectores clave como el automotriz, el electrónico y el agroalimentario. ¿Cuántos empleos se perderán? ¿Cuánto más subirá la informalidad? La respuesta es obvia, pero el gobierno hasta ahora ha preferido no tocar el tema, tal vez esperando que Trump cambie de opinión y que, por alguna causa aún inexplicable, la economía crezca el 2.5% que se estimó para fines de la elaboración del paquete fiscal 2025.
Así, la presidenta Sheinbaum enfrenta su primer gran dilema: cómo sostener su ambicioso plan de gobierno cuando el país tiene menos recursos. No puede aumentar impuestos sin asfixiar más a la economía. No puede aumentar el déficit sin arriesgar la calificación crediticia. Y no puede evitar los aranceles de Trump si el republicano decide imponerlos. Entonces, ¿cuál es el plan?
A diferencia de su antecesor, Sheinbaum parece entender que la confrontación abierta con Trump solo agravará la situación. En este momento, la única estrategia viable es negociar, reducir la incertidumbre y buscar alternativas que amortigüen el golpe. Es necesario que prevalezca su cabeza fría sobre los desplantes temperamentales, abusivos, mentirosos y contradictorios de Trump para que los aranceles no lleguen a imponerse. Mientras tanto, preparémonos para lo peor sin dejar de esperar lo mejor.
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FEB 28 2025