¡AVANTI POPOLO!
Por José de Victoria E/25
MARCHA JUSTA O LINCHAMIENTO POLÍTICO
En Culiacán, nuestra ciudad capital; estamos viviendo el momento más álgido de una crisis de inseguridad, provocada por el cruento enfrentamiento de un poderoso grupo mafioso que se dividió y del cual han surgido dos grupos poderosos y fuertemente armados que se están disputando el territorio. Estamos pues en un interregno; en ausencia de un “señor”, jefe de jefes o “capo di tutti capi” para decirlo en el argot, que es la jerigonza que usan los mafiosos.
Dicha crisis de inseguridad y violencia se ha prolongado por cuatro meses; con las consecuencias que ya todos sabemos, y que son exageradas en grado superlativo por los periódicos que ya son de nota roja a ocho columnas; por la radio y la tv, y ya ni se diga por los “tiktokeros” “feisbuqueros” “twiteros” “youtuberos”, toda esa nueva ola de “influenzer”, que están fascinados con poder darle vuelo a la hilacha del chisme caliente, sin importarles un cacahuate que lo que postean o replican, sean medias mentiras, medias verdades o infundios malintencionados para quemar a los contrarios y ponerlos en “el trampolín del pirata”. Éstos nuevos comunicadores, “vlogueros” con v de vaca o blogueros con b de burro: son los que de día y de noche inundan las redes sociales; cuyos algoritmos no se dan abasto y no atinan a quien monetizar tal o cual publicación, a cual más de maliciosa. Y en éste rio revuelto de manipulación y propaganda; no faltan los opositores políticos y los malquerientes del señor gobernador Rubén Rocha Moya.
A decir de los expertos criminalistas que han estudiado el comportamiento y los efectos sociales del fenómeno del narcotráfico en nuestra región; a partir de su surgimiento a principios del pasado siglo XX y durante los 24 años que va del presente, nos revelan: que los conflictos que terminan en enfrentamientos armados entre narcotraficantes, se van incubando sigilosamente, hasta que un día se declaran las hostilidades y a partir del día en que estalla la violencia: hunden a nuestra ciudad en la desolación, tomando por sorpresa a los políticos y al gobernante en turno, pero no así a las policías, que por lo regular están “enclicadas” con uno o con otro grupo delincuencial; esto es un secreto a voces, del cual sobran ejemplos que se han hecho públicos. Y después del primer agarrón que es de pronósticos reservados por lo brutal que suele ser; le siguen las quemazones de negocios, de camiones, tráilers y vehículos particulares. Con bloqueos de calles y carreteras y los “topones” donde se matan unos a otros, los robos de carros, los levantones y ejecutados. Queman y revientan las casas de seguridad de sus contarios, de la que fue su misma “clica”, y nunca faltan los asaltos a mano armada. Una novedad en ésta crisis de violencia que estamos viviendo, es que se han metido hasta con los muertos, profanando tumbas y destruyendo altares y capillas. Han llegado hasta a volar cenotafios con petardos de dinamita.
Dicen los expertos que esta es una violencia, que con el paso del tiempo va bajando de intensidad, pero que se prolonga y dura dos o tres años, y aunque va disminuyendo lentamente, nunca desparece totalmente; porque el narcotráfico tiene como condición, implícita la violencia. Y así mantienen a la población en zozobra permanente, angustiosa, desesperante. Porque en sus vendettas y ataques sorpresivos, cobra víctimas inocentes. Y a pesar de la fuerte presencia del Ejército, la Marina y Guardia Nacional, sus ataques suelen ser en lugares y a horas imprevistas, y para ello cuentan con la colaboración de “halcones” y “punteros” que mantienen bajo vigilancia los movimientos de las fuerzas federales.
Uno de estos ataques sorpresivos, ocurrió hace apenas cuatro días: fue en un retén de malandrines armados sobre la carretera a Imala: un padre de familia se asustó y no aceptó detenerse; le abrieron fuego y lo acribillaron junto con sus dos pequeños hijos. Éste acto de barbarie indignó a la sociedad y la puso en alerta máxima. Hoy jueves, un contingente que fue creciendo en número hasta convertirse en una fuerte manifestación, tomó la calle Obregón y para cuando llegó al centro de la ciudad: ya presentaba signos alarmantes de crispación. Era encabezada por las autoridades de una escuela y los padres de familia; el grueso de los manifestantes vestían prendas blancas y entre ellos; se podían observar a personas intercaladas en el contingente de manera estratégica, agitando con gritos que eran coreados por todos los manifestantes. Era notorio que se traba de provocadores con experiencia, porque se alternaban gritando consignas fáciles y de contenido irritante. Empezaron gritando ¡”a los niños no”! y le siguieron con ¡”Asesinos” y al rato le quitaron la S y el grito más fuerte fue: ¡Asesino! ¡Asesino! Le siguieron con la consigna Principal de: ¡Fuera Rocha! ¡ASESINO! ¡ROCHA ASESINO! Y finalmente ocurrió lo que al parecer tenían previsto, quienes se aprovecharon de una manifestación legítima. Y su reclamo justo y doloroso fue caldo de cultivo, que los opositores aprovecharon para intentar un linchamiento. Porque ya que calentaron a los manifestante, desde el centro de la ciudad, se lanzaron desbocados a palacio de gobierno, y ya en palacio: se convirtieron en una turba enardecida, que rompió puertas y cristales, que abrió boquetes en los muros de tabla roca y amenazó al personal, que desde el interior; desesperados, les atravesaron muebles de oficina para contenerlos e impedir que entraran y llevaran a cabo un linchamiento.
Todo indica que estamos por tocar fondo y todos los grupos en disputa que no son nada más dos ni tres; se han decidido a echar toda la carne al asador, cada uno buscando sacar ventaja.
No dudo ni discuto de qué lado está la razón; eso para mí está muy claro. Sin embargo, aterrizando en los hechos: Estamos en un momento de crispación política porque en lugar de apoyar a las instituciones que están luchando por devolver la calma y seguridad a los ciudadanos: se ha dejado manipular por los opositores, que por cierto algunos ya están identificados y ahora se dan golpes de pecho con la hipocresía que los caracteriza. Pero ya pueden estar agusto y presumir que se salieron con la suya: convirtiendo una manifestación justa y un reclamo legítimo, en un intento de linchamiento para satisfacer una venganza. Porque en eso fue en lo terminó su manifestación. Terminaron convertidos en lo mismo fueron a reclamar.
ENE 27 2027