Por: (EL ECONOMISTA)
Eduardo Ruiz-Healy
Anteayer, a las 15:30 horas, la presidenta, Claudia Sheinbaum, felicitó al próximo presidente de EU por medio de su cuenta en X: “Expreso mi más sincera felicitación a Donald Trump, quien resultó ganador de la elección presidencial de los Estados Unidos de América. En nombre de México, nuestro reconocimiento al pueblo estadounidense por el ejercicio democrático en su jornada electoral. Estoy cierta de que vamos a continuar trabajando juntos de manera coordinada, con diálogo y respeto a nuestras soberanías, para avanzar en la amplia agenda bilateral que nos enlaza”.
Ayer, también por medio de X, a las 10:34 horas la presidenta comentó así su conversación telefónica con el próximo presidente de EU: “Tuvimos una llamada muy cordial con el presidente electo Donald Trump en la que hablamos de la buena relación que habrá entre México y Estados Unidos”.
Desde que se conoció que Trump regresará en enero a la Casa Blanca, Sheinbaum ha insistido en que “no hay motivo alguno de preocupación” para los mexicanos, tanto en México como en EU, que habrá una buena relación entre ambos países y que todos debemos mantener la calma, especialmente los mexicanos que viven y trabajan en ese país.
Sin embargo, pese al optimismo mostrado por la presidenta, muchos creemos que la elección de Trump genera un panorama de incertidumbre y potenciales riesgos. El impacto inmediato se hizo sentir en los mercados financieros. El peso cayó, cotizándose en 20.80 por dólar, su nivel más bajo desde julio de 2022, para luego fortalecerse. Ayer el dólar cerró en 19.8185 pesos.
Como he anotado antes en este espacio, preocupan las promesas de campaña de Trump, especialmente sus propuestas en materia comercial. Su amenaza de imponer aranceles de hasta 100% a vehículos fabricados en México y un arancel universal de 10 a 20% a todas las importaciones tendría consecuencias devastadoras para sectores clave de la economía mexicana, desencadenando una reacción en cadena que afectaría el empleo y la inversión. También sería catastrófico si cumpliera su amenaza de incrementar en 25, 50, 75 y 100% los aranceles en caso de que el gobierno mexicano, a su juicio no actúe contundentemente para reducir los flujos de migrantes y drogas a EU.
La posible renegociación del T-MEC en 2026 añade más incertidumbre, ya que Trump buscará beneficiar más a su país. Los flujos de inversión extranjera directa también podrían verse afectados. Otro punto de preocupación es el impacto en las remesas, una fuente vital de ingresos para muchas familias y motor importante de la economía mexicana. Las políticas migratorias más estrictas de Trump podrían reducir estos flujos de dinero.
La combinación de estos factores podría aumentar la inflación y disminuir el crecimiento económico de México. En última instancia, el impacto real dependerá de las políticas específicas que Trump implemente y de la capacidad de negociación del gobierno de la presidenta Sheinbaum. A México le esperan tiempos de adaptación bajo una administración que encabezará un individuo que nunca ha escondido su desdén por nuestro país.
Es de esperar que el optimismo de Sheinbaum y no la cautela de muchos sea un indicio de lo que ocurrirá a partir del 20 de enero de 2025.
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NOV 8 2024