COLUMNA: SOBRE EL CAMINO
Por. – Benjamín Bojórquez Olea.
El diputado muerte…
En ocasiones, los sentimientos de ira y rencor pueden llevarnos a desear la muerte de alguien. Aunque este deseo puede parecer extremo y perturbador, es importante analizarlo desde una perspectiva psicológica para comprender las razones detrás de esta actitud que solo nos lleva a comprender la magnitud de tal deseo indómito.
Debemos advertir que esta batalla tiene riesgos: la voracidad de retener el poder y el fuero a toda costa. Lo que vivimos en el recinto legislativo el pasado martes, en Sinaloa, es muy lamentable, a mi juicio personal, fue una verdadera barbarie, pues el diputado local de Morena por representación proporcional, José Manuel Luque Rojas, deseándole la muerte en tribuna al líder y dirigente estatal del PAS, Héctor Melesio Cuén Ojeda, a mi criterio, fue una verdadera insania.
Estoy convencido que se debe luchar por una causa e ideología justa, pero desear la muerte a un ser humano por más adversario político u enemigo que sea, en mi opinión, no es de una persona de buenos sentimientos y mucho menos de buenas costumbres e intenciones. ¿Qué pensará la familia, amigas y amigos y colegas de partido del diputado morenista?, además, ¿su esposa, hijos e hijas, si es que los tiene, se sentirán orgullosos del pilar de la casa?, ¿qué mensaje manda a la población? Por donde quieran verlo fue algo inédito lo que sucedió el pasado martes en el congreso local. Son tantas preguntas que la sociedad debe realizar, juzgar y meditar.
Me parece inadmisible este tipo de conductas, ya que utilizar la máxima tribuna del estado para desearle la muerte a una persona no obedece a un sentimiento que daña la calidad humana no solo de quien lo dice, sino que genera más odio y división entre la derecha e izquierda, peor aún, entre la sociedad.
Un verdadero ser humano busca competir y ganarse las simpatías de la sociedad a base de respeto, tesón y valores humanos, pues los deseos de muerte está en la literatura desde sus inicios, desde el drama griego, porque también están en el corazón del hombre. Son pasiones que difícilmente se expresan de manera pública.
El hecho de que el diputado por propina, José Manuel Luque haya justificado tan lamentable discurso ante medios de comunicación, no justifica que se haya retractado, ya que lo hecho ya está, fomentar odio y muerte a alguien, pues ya se dio cuenta del error político y humano tan espantoso que cometió, y con ello, de concretarse su candidatura a diputado federal, tal discurso lo perseguirá toda la campaña y, qué decir de su vida pública. Lo que significa, que ese error pudiera originar que lo bajen de la contienda, a ese nivel se equivocó “el diputado muerte”, ya que con ese mote lo llaman sus amigos y adversarios, pegándose un balazo en el mismo pie.
Acaso este tipo de discursos lo vemos en forma de amenazas, sobre todo en el mundo del hampa, o como crímenes consumados, pero ahí se entienden como un quiebre con el orden aceptado, no como naturaleza humana.
Nunca había escuchado a ningún político expresar tal deseo y mucho menos en público, tampoco desear la muerte con un deseo monstruoso, como un asesino en serie. Podemos soñar despiertos de que ese miembro de la 4T que piensa en el mal y no en el bien común de la sociedad.
Creo que, si somos sinceros con nosotros mismos, podemos identificarnos en algún nivel con estas expresiones de venganza. Es como decir, queremos que las personas que se oponen a nosotros paguen por las cosas malas que nos han hecho.
GOTITAS DE AGUA:
Un ejemplo tangible para “el diputado muerte”. Cuando vemos una película, deseamos que el bueno gane y el malo pierda. Una historia en la que el villano se pasa la mayor parte del tiempo haciendo daño, aterrorizando y matando a la gente debe tener una consecuencia. El héroe debe enfrentarse al villano al final, y cuanto más permanentes sean los resultados, mejor. Si, en lugar de un enfrentamiento épico, se limitaran a darse la mano y marcharse, nos sentiríamos profundamente insatisfechos. Queremos que los malhechores reciban su merecido. Y, políticamente pudiera darse el caso del diputado local por la vía plurinominal, José Manuel Luque Rojas.
Nos comentan desde las oficinas más refrigeradas de Palacio de Gobierno que probablemente tenga una consecuencia política dicho comportamiento. Por eso “el diputado muerte” se retractó, de lo contrario seguiría manifestando tal deseo. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…
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