Sergio Sarmiento

“Y, después de todo, ¿qué es una mentira? No es otra cosa que la verdad con máscara.”

Lord Byron
Tiene usted razón, señor presidente: en el programa de Tercer Grado del 25 de enero afirmé que un millón de dólares no caben en una maleta. Me equivoqué. Si un billete pesa un gramo, como usted afirmó, un millón de dólares sumarían 10 kilos y cabrían en una maleta. Siempre he reconocido mis errores, hoy lo hago nuevamente.
Me pregunto, sin embargo, ¿cuándo aceptará usted los suyos? Según la firma Spin de Luis Estrada usted ha expresado un promedio de 94 mentiras al día, por lo que ha acumulado más de 100 mil en su gobierno. Mientras usted me criticaba el 30 de enero, por ejemplo, afirmó que yo, con otros periodistas, he “estado siempre en contra de nosotros”. Esto es un error o una mentira.
Sí, muchas veces he cuestionado las políticas del presidente, pero siempre aportando argumentos y datos, nunca descalificaciones. He señalado también sus puntos positivos. He defendido la idea, por ejemplo, que usted es honesto en lo personal. He dicho también que en el manejo de las finanzas públicas ha sido prudente. Cuando fui despedido de Grupo Radio Centro tras 34 años de trabajo, con el argumento de que la empresa necesitaba conductores “progresistas”, cercanos al presidente, declaré públicamente que no había sido una instrucción suya, pese a que lo contrario circulaba en redes. Si bien critiqué la construcción de Dos Bocas, aplaudí la compra de Deer Park. Cuando los medios se lanzaron contra su hijo, José Ramón López Beltrán, estudié el informe del despacho R. McConnell Group y escribí: “No encuentro ningún acto indebido en el alquiler de la casa de Conroe ni relación alguna entre este acto y las actividades de Baker Hughes en México. Quizá no sea una conclusión políticamente correcta, pero es lo que dice la información disponible”.
En cambio, señor presidente, usted ha mentido sobre mí. El 1ro de noviembre de 2022, por ejemplo, afirmó en su mañanera que yo he sostenido que usted tiene “un acuerdo con el narco. Pero si hubiese una prueba de un acuerdo, si Sarmiento presentara una prueba, renuncio a la Presidencia, porque lo que estimo más importante en mi vida es mi honestidad. Pero él está acostumbrado a mentir, miente como respira y se fue creando la aureola de una gente seria, objetiva, profesional, engañando a muchos”. Solo que nunca he afirmado que usted tiene un acuerdo con el narco.

Sí he señalado errores en sus políticas y me pregunto: ¿cuándo veremos un reconocimiento de sus equivocaciones? ¿Cuándo aceptará, por ejemplo, que cometió un error al cancelar el Seguro Popular y las compras consolidadas de medicamentos del IMSS, o que se equivocó al decir que en diciembre de 2020 tendríamos un sistema de salud como el de Dinamarca? ¿Cuándo aceptará que el AIFA no ha solucionado el problema de saturación del AICM? ¿Cuándo reconocerá que sus políticas han resultado en un estancamiento económico en los cuatro primeros años de su gobierno? ¿Cuándo aceptará que se equivocó al presupuestar una inversión de 8 mil millones de dólares para la refinería de Dos Bocas?
Usted ha dicho que le daría “mucha flojera tener una conversación” conmigo. Lo lamento, pero usted no pensaba así las decenas de veces que lo entrevisté en radio y televisión, cuando decía que sufría un cerco informativo. Hoy reitero que lo respeto como persona, como político y como presidente, pero no estoy dispuesto a expresar solamente loas sobre su persona. Sé que usted piensa que quien no está de acuerdo 100 por ciento con usted es un adversario y un corrupto. No es mi caso. Yo puedo coincidir en algunos puntos, pero no ser uno más de sus incondicionales. 
Cuauhtémoc
López Obrador dijo ayer que considera a Cuauhtémoc Cárdenas como un adversario más en su ya larga lista. “Lo respeto mucho, pero estamos en tiempos de definiciones. Es estar con el pueblo o con la oligarquía. No hay más, no hay justo medio”. Es una posición extremista y peligrosa. 
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Por elpiripituchi

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