Eduardo Ruiz-Healy

En su conferencia de prensa del martes pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador y su secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodrígez, festejaron el hecho de que en 2022 se hayan cometido menos homicidios dolosos que en cualquier otro año de la actual administración. Fueron 26,273 de acuerdo con los datos también difundidos hace dos días por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) o 7.1% menos que los 28,278 registrados en 2021 y 9.7% menos que los 29,095 que se contabilizaron durante el último años del gobierno de Enrique Peña Nieto.
Sin embargo, no hay que olvidar que durante el primer año completo del gobierno lopezobradorista —2019—, el número de homicidios fue de 29,947 o 2.9% mayor que los registrados en todo 2018. Es más, ese fue el año, de todos los que van del Siglo XXI, en que más homicidios dolosos se contabilizaron en nuestro país.
En 2020 fueron 28,836 y en 2021 otros 28,278, lo que ubica a esos dos años como el tercero y cuarto más sangrientos del siglo, quedando ahora 2022 en el quinto.
Si comparamos la cantidad de asesinatos perpetrados durante los primeros cuatro años de las cuatro administraciones federales que ha habido desde 2000, tenemos que de 2001 a 2004, durante el gobierno de Vicente Fox, se contabilizaron 51,337; de 2007 a 2010, en los años de la guerra contra el narco que declaró Felipe Calderón, fueron 59,669; de 2013 a 2016, cuando el responsable de combatir a la delincuencia fue Enrique Peña Nieto, sumaron 69,900 y; de 2019 a 2022, en el gobierno de los abrazos y no balazos de AMLO, se registraron 113,334.
Así, el número de homicidios dolosos registrados por el SESNSP durante los primeros cuatro años de AMLO, es 120.8% mayor que el de los primeros cuatro años de Fox, 89.9% mayor que el del mismo periodo de Calderón y 62.1% mayor que el de Peña Nieto.
Los números arriba anotados muestran que la estrategia seguida por Andrés Manuel ha funcionado para que desde 2019 disminuya el número anual de homicidios dolosos respecto a la cifra récord de ese año, pero no para lograr que los números disminuyan a los mismos niveles observados durante los gobiernos de sus tres predecesores que tanto desprecia y vilipendia.
La baja de 7.1% registrada de 2021 a 2022 es significativa y pudiera indicarnos, tal vez, que por fin está dando resultados la estrategia seguida para disminuir el número de asesinatos.
Supongamos que en este año el número disminuyera también en un 7.0% y que de 2023 a 2024 bajara otro 7.0%. En caso de que esto ocurriera en 2023 se registrarían 24,434 y 22,724 en 2024.
Bajo este supuesto, al terminar su gobierno AMLO debería aceptar que durante su gestión se cometieron 162,970 homicidios dolosos, cifra 32.2% mayor que el total que se contabilizaron en el sexenio de Peña Nieto, 61.3% por arriba de los registrados en el gobierno de Calderón y 118.6% más que los que se sumaron en la administración de Fox. Un verdadero récord.
Andrés Manuel se irá a su retiro en su rancho en Palenque, Chiapas, sabiendo que, al igual que sus tres predecesores, fracasó en su intento de reducir significativamente el número de asesinatos durante los seis años que los mexicanos le dimos la oportunidad para hacerlo.
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Por elpiripituchi

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