BENJAMÍN BOJÓRQUEZ OLEA
COLUMNA: SOBRE EL CAMINO
¿La verdad existe?
Tengo dos opciones para iniciar el año: revisar lo ocurrido en 2022, o tratar de imaginar lo que pasará en éste. Y tengo también un abanico amplísimo de temas. Veamos qué logro.
Como acertadamente tituló su libro Lourdes Mendoza, Con la frente en alto, así derrotó la malquerencia, el desprecio, la andanada poderosa que intentó exterminarla como periodista y como persona. Su dignidad se transformó en su columna vertebral y así, bien derechita, buscó apoyo legal y jurídico, y encontró en amigas y amigos apoyo para sostenerse y dar la batalla. Hasta hoy, ha ganado no sólo dos veces en lo legal, sino también un espacio en la consideración y estima de muchísimas personas. Su profesionalismo ha salido fortalecido y a muchas y muchos su ejemplo nos ilumina.
Ojalá muchas otras que tienen cargos públicos sigan su valiente ejemplo. Además, enciende nuevamente la idea de que la meritocracia sí es el mejor de los caminos para avanzar en la vida. No, no basta el “échale ganas”, pero sí que ayuda, y tanto que hizo trizas el lamentablemente famoso techo de cristal.
Escribir bien notas periodísticas es resultado de investigaciones acuciosas y de entender uno de los principios que defiende la novela Matar a un ruiseñor. Escuchar a las partes involucradas en una contienda y después de reflexión, mostrar las certezas a las que conducen las huellas de las palabras pronunciadas, respaldadas por hechos comprobables. Lourdes ha logrado hacer realidad el deseo de Mary Wollstonecraft: “Yo no deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre ellas mismas”. Debe haberse sentido, al escribir su libro, como Rosario Castellanos dijo a Beatriz Espejo: “La escritura fue para mí, no sólo la búsqueda de una forma estética de expresión, sino también una suerte de conjuro para aplacar las potencias de lo incomprensible”.
Creo que será verdaderamente glorioso cuando las mujeres sean personas realmente auténticas y tengan todo el mundo abierto a ellas. Karen Blixen. Su vida no será más fácil, pero su deber es seguir en ése, su camino.
No hay remanso posible cuando se intenta comprender qué sucede en el país. Nuestros estados de ánimo van de un extremo a otro, en un zigzag trepidante, al enterarnos de las muy diversas noticias que nos hablan acerca de la realidad en la cual vivimos y sufrimos. Pasamos de la tristeza al enojo, de un renglón al otro, de la sorpresa a la incredulidad, de la preocupación a esa ligereza que es tan propia del conformismo. Toda esta suerte de catarsis tragicómica puede experimentarse en cuestión de minutos y, en definitiva, resulta abrumadora; sin embargo, no podemos desviarnos del punto medular que esto implica al subrayar la importancia de mantenerse informado acerca de lo que ocurre en el país, no mirar hacia otro lado y ser conscientes de que la realidad está muy alejada de los discursos políticos.
GOTITAS DE AGUA:
En conclusión: si bien todos los sexenios nos han regalado numerosas páginas de sinsentidos y despropósitos, durante la presente administración parece que tiene una competencia por llevar cada vez más lejos su propia caricaturización. Por cierto, no deja de llamar la atención el trabajo del Centro de Análisis SPIN que, en voz de su director Luis Estrada, ha llegado a contar los miles de veces en las que la falsedad, la mentira y la información poco comprobable son parte de una retórica que sostiene al actual sexenio.
Así, mientras no se generen elementos contundentes para comprobar estos dichos, todo queda en palabrería sin fundamento. Discursos huecos y anodinos que manipulan, buscan manipular con efectividad. “Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos Mañana”…

Por elpiripituchi

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