ANTONIO QUEVEDO SUSUNAGABRECHANDO“El PONCIO PILATOS” DE SINALOAEl operativo del gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador, en Sinaloa para detener a Ovidio Guzmán López, fue exitoso, mientras que el Cártel de Sinaloa, sufrió uno de los golpes más severo que haya recibido a nivel nacional e internacional.Las acciones coordinadas por la Secretaría de la Defensa Nacional con la Secretaría de Marina y de Seguridad Pública mostraron su contundencia ante un poderío manifestado en el primer Culiacanazo y repetido en éste segundo con civiles armados, que se vieron empequeñecidos ante una estrategia de inteligencia, cuidada al máximo para evitar fuga de información, razón por la cual, no se le comunicó ni se le tomó en cuenta al gobernador Rubén Rocha Moya.Es evidente que el gobierno estatal está muy lejos de echar andar un operativo para contener a una fuerza armada como la exhibida por el poderío del narco, pero quedó demostrado que jamás podrá superar al ejército, la marina y las autoridades federales.En la conferencia del pasado viernes, que ofreció el gobernador Rubén Rocha Moya y su equipo, parecía la reedición de “Poncio Pilatos”, al insistir con redundancia que “que no fue enterado”, “que no sabía del operativo”, “que se enteró cuarenta y cinco minutos después”, “que no participaron hasta que fueron convocados”, es tanta la insistencia de que se conozca que el gobernador de Sinaloa, y sus policías no intervinieron en esta operación “sólo se sumaron cuando fueron convocados”. Da a que pensar.Da la impresión, que el gobernador Rocha Moya quería dejar muy claro ante estos narcos, que el gobierno del estado nada tuvo que ver, que ni siquiera fue enterado.Y el gobierno federal no les dijo nada “ante el temor de que hubiera una fuga de información o pitazo”.El proceder del gobernador Rocha Moya fue muy parecido al que tuvo en entonces gobernador priista, Quirino Ordaz Coppel, en el primer Culiacanazo, que estuvo prácticamente oculto en los primeros momentos de los hechos, que siempre dijo no puedo hablar porque es un operativo federal, pero hasta después de mucho rato “le cayó el veinte” que era el gobernador y que debía informar a través de su titular de seguridad lo que estaba pasando en Culiacán y en Sinaloa.Es evidente que los sinaloenses, ante estos hechos de violencia alentado por el narco, el agradecimiento es para las fuerzas federales del ejército, la marina y otras que son las que tienen el poder para controlar la violencia desbordada y brindarle la protección que demanda la población.Es importante destacar que a Rocha Moya le fue peor que a Quirino, en su decisión de orientar a la población acerca de lo que estaba ocurriendo, porque su titular de seguridad desde Línea Directa mantuvo una comunicación por largo tiempo, en esta ocasión, Rocha sólo contestaba las llamadas de los periodistas de México, que le recibía las llamadas, algunos de ellos con más información que el propio gobernador.El talón de Aquiles para todos los gobernadores de Sinaloa han sido el poderío del narco, que es un poder fáctico que tiene una gran fuerza de decisión en el estado, aunque ellos no quieran reconocer este poder. El gobernador no debe perder de vista que él es el gobernador, con acciones diferentes al presidente de la república.Es importante destacar que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, de continuar con estas acciones para combatir la violencia, la delincuencia y la impunidad, logrará reducir este poder desbordado de los cárteles de la droga que operan en México.La detención de Ovidio repercutió directamente en cuatro estados, en la operación nacional e internacional, en donde seguramente sus mandos replantearán sus operaciones clandestinas y obviamente medirle el agua a “los camotes” con las acciones del ejército y la marina.En México, estos hechos de violencia que estamos viviendo, se los debemos al corrupto panista, ex presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, que no sólo hizo la “farsa “de combatirlos, sino que se sumó a través de Genaro Garcia Luna, a operar igual que cualquier otro cártel. Por estos hechos, Calderón debería estar en la cárcel. Navegación de entradas Columna Columna