En la raya


 José Luis López Duarte


El viernes comentamos la muerte de Gabriel, un joven trabajador de un jardín de niños que se accidentó podando unos árboles y que no hubo autoridad ni ser humano que lo auxiliara, de quien dicen murió a causa de esa desatención. Ahí mismo expusimos la cercanía de protección civil (200 metros) y del hospital civil (300 metros), y de ningún lado llegó el auxilio hasta que, dos horas después de que se llamó al 911, apareció la Cruz Roja, demasiada sangra había perdido ya Gabriel.


Retomo el tema porque los chubascos que nos han azotado durante los últimos días en todo el estado, y que en Culiacán ya tenemos prácticamente 60 días lloviendo, y luego de todo el temporal vemos que la primera autoridad de protección y auxilio no se le ve, como tampoco no hay luces del sistema de emergencia que prometió el gobernador Rubén Rocha en su campaña, y cuando tomo posesión, tanto que prometió que el helicóptero del gobernador lo convertiría en ambulancia aérea.


Pues no, fíjese usted, si le tocó la mala suerte de salir con el temporal por carretera o lo atrapó en tránsito, fue testigo de que los famosos “ángeles verdes” que restablecieron no existió ninguna patrulla de auxilio, habiendo tantos riesgos sin siquiera advertencias de precaución. No, la población se guio por sus instintos y precaución, pero alguien que advirtiera, guiara los convoyes automovilísticos y se observaran grúas y equipos de auxilio para cualquier emergencia ¡Nada!


Ni sobre la carretera ni tampoco en las casetas de cobros, tanto que al pasar El Limón de Los Ramos más de cien vecinos observaban desde el puente, una estructura construida hace 70 años, viendo como se inundaba el pueblo y empezaba a alcanzar las estructuras superiores del puente con ellos arriba, ya no se diga el control del tráfico para que alguien no embistiera algún vecino, tanto que ni el síndico, ni la patrulla de la barandilla del lugar hacían algún reconocimiento.


De ahí la pregunta ¿Dónde estaban los policías, la guardia nacional y el ejército? ¡Por ningún lado! Quizá esperando la tragedia para después ir al rescate, quizá como el caso de Gabriel, cuando no tengan remedio las cosas.


Yo vivo cerca de un cuartel de protección civil y veo todos los días como llegan todas las patrullas a las 8 de la mañana, se van en la tarde y en la noche está completamente solo, como si en esos lapsos de tiempo no pasara nada.


Y después de la tormenta, si usted recorrió algunos lugares, fácilmente advirtió los estragos y lo que dejó, pero nadie trabajando, por lo menos en Culiacán.


Muchos critican y hablan de Gerardo Vargas, presidente de Ahome, pero todos los días está en la calle, y cuando se inundó Los Mochis agarró la pala, el overol e invitó a sus trabajadores “a la talacha”. En otros lados no lo vemos, y aunque sea propaganda, es de la buena, con hechos y no con dichos de que “voy a hacer esto”, “van a hacer aquello” y puros cuentos.


¿Cuántos vehículos operativos tienen los gobiernos municipales? Empezando por la policía municipal y protección, decenas ¿Y dónde andan que no se ven? ¿A la guardia nacional y al ejército porque no pedirles auxilio en lugar de encerrarse en los cuarteles? Eso ya es falta de iniciativa.


Y que no nos vengan con que la naturaleza se ensañó, pero ese no es ele problema porque no está al alcance de nadie. El problema está en qué hicieron con lo que podían ¿Dónde está el famoso sistema de protección y auxilio que nos prometieron?


“Tan fácil que está” diría Aarón Rivas, que cuando llegó el huracán “Manuel” llamó a la población que tuviera autos tipo Jeep a que le ayudaran con las inundaciones en Culiacán y en una hora juntó más de 300. El asunto no es de poder, es de querer.

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Por elpiripituchi

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