ANTONIO QUEVEDO SUSUNAGA


BRECHANDOQUIRINO Y AGUILAR EN EL 2024
La política del combate a la corrupción del presidente Andrés Manuel López Obrador, al quehacer que más ha impactado, es a la práctica política en partidos y en los gobiernos estatales.
La gente se cansó de una práctica política neoliberal acabada, de una práctica política de los partidos mentirosa, saqueadora y corrupta, razón por la cual, en el 2018 recibieron el aviso fatal con una derrota humillante, que no ha entendido la oposición PRI, PAN y PRD. También empresarios.
En el ámbito político es en donde ha avanzado más la transformación de Andrés Manuel López Obrador, que se tradujo en la aniquilación del PRI, PAN y PRD. Y de la gran pérdida de privilegios voraces de una clase empresarial que no tiene límites.
El triunfo de López Obrador en el 2018, la reconfirmación en el 2021, el avancen en el 2022, posiblemente el aniquilamiento del PRI en el 2023 y el achicamiento del PAN será la señal más letal que se estará enviando el proceso electoral del 2024.
El combate a la corrupción dejó al descubierto cómo los políticos de estos partidos que están a punto de desaparecer son los causantes de los grandes problemas que vivimos los mexicanos, su ambición desmedida, su entrega para hacer negocio con las grandes empresas internacionales que vinieron hacerse más ricas en México, en las áreas petroleras y eléctricas, como en muchos otros renglones que no acabamos de conocer.
Es importante destacar que gobernadores como Jesús Aguilar Padilla y Quirino Ordaz Coppel, entendieron muy a tiempo, que el PRI no tenía el liderazgo para salvar su estructura, que dichas derrotas era una señal inequívoca de un final fatal para su partido.
El mismo hecho de tener un dirigente nacional, como Alito, sin visión, sin el arrastre entre el priismo, sin discurso que buscara mantener la cohesión política, con una práctica política corrupta, que vino a sumarse a las prácticas corruptas de expresidentes como Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, que se unieron priistas y panistas, por la ambición de repartirse el botín que significa la riqueza de México para ellos.
Y esto lo podemos ver en gobernadores corruptos, como el mismo Alito Moreno, que sus propios dichos lo ha hundido y acabó al partido que dirige.
¿Quién puede votar por el PRI en el 2024 después de conocer el historial de Enrique Peña Nieto y de Alito Moreno?
Y no son únicos, en esta misma semana estamos viendo como el gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, está maniobrando para quitarles alcaldías a Morena, comprando a regidores y políticos morenitas corruptos también. Es el caso de Luis Espino Acosta, que su torpeza lo llevó a ventanear a su padre, como auditor general de Tamaulipas y al mismo gobernador Cabeza de Vaca.
¿O quién puede votar por otro gobernador como Barbosa en Puebla? Un funcionario ineficiente y no quiero pensar que también broten hechos de corrupción.
En realidad, el hecho de que sean de Morena, no quiere decir que no sean corruptos y que traigan las mismas mañas que los priistas y panistas deshonestos.
Es evidente que, en el 2024, muchos priistas que conocen la forma de cómo colocarse, cómo brincar cuando su barco se está hundiendo y no debe extrañarnos que Jesús Aguilar Padilla y Quirino Ordaz Coppel, en Sinaloa, estarán unidos a Rubén Rocha para mantener el poder en el 2024, igual como lo hicieron en el 2021.
Esto que ocurrirá en Sinaloa, pasará en Sonora, Hidalgo, Michoacán, Guerrero, y en muchos otros estados gobernados por Morena, muchos de ellos de antigua afiliación priista.
Es muy posibles que en estos años de gobierno de Rubén Rocha Moya, se le olvide de todos los proyectos y fantasías que pensaban si llegaban al poder. La realidad que hasta el momento estamos viendo un gobierno mediocre en Sinaloa.

Por elpiripituchi

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