Naranja cruda El presupuesto de las elecciones

Jaque Mate
SERGIO SARMIENTO, jueves 30 de diciembre de 2021,

QUe Pemex decida dejar de exportar su producto más rentable para aumentar la producción de los que tienen pérdidas demuestra la torpeza con la que se está manejando la empresa. Que lo haga incrementando sus costos laborales, ya muy elevados, al tiempo que dice que busca reducir los precios al consumidor, cae en la irracionalidad.

En este gobierno las decisiones se justifican con metáforas, no con argumentos técnicos. “No vamos a estar vendiendo petróleo crudo y comprando gasolinas -dijo el presidente López Obrador en un video–. Lo que se hizo muchos años es como si se vendiera naranjas y comprar jugo de naranja”. Las cifras del negocio petrolero en el mundo, sin embargo, son muy distintas a las del jugo de naranja. El cartel de países productores, la OPEP, ha creado desde hace décadas un mercado que favorece al crudo. Además, hay una enorme capacidad de refinación en Norteamérica, lo que modera los precios de los productos finales.

El propio presidente ha afirmado que “ya no nos cuesta 14 dólares por barril extraer petróleo, estamos sacando a razón de hasta 3 dólares por barril. Por eso el petróleo siempre es un buen negocio”. Estos costos son falsos, por supuesto. En realidad, los costos reales de Pemex ascienden a 45.10 dólares por barril antes de impuestos, cuando se incluyen, como en cualquier contabilidad, gastos de capital, exploración, desarrollo de activos, operativos, de venta, administrativos e intereses (Lucas Aristizábal, Fitch Ratings, citado por Pablo Zárate en El Economista). Aun así, hay un margen importante de rentabilidad ante un precio de la mezcla mexicana de exportación de 70.63 dólares este 28 de diciembre.

Mientras que el petróleo crudo le genera utilidades a Pemex, e impuestos al gobierno, Pemex Transformación Industrial, que refina y vende gasolina, diésel y turbosina, pierde cada vez más. En enero-septiembre de 2018, último año de Peña Nieto, registró una pérdida neta de 3,758 millones de pesos (casi suficiente para pagar la consulta de revocación de AMLO). La cifra pasó a 61,205 millones de pesos en 2019, 152,968 en 2020 y 111,135 en 2021 (nueve primeros meses de cada año, Energía a Debate). Pemex TRI pierde en tres trimestres más de lo que el gobierno dice que le costó el cierre del Nuevo Aeropuerto Internacional de México.

Si Pemex estuviera dispuesta a hacer una renovación interna para reducir personal y costos, quizá podríamos darle el beneficio de la duda, pero está yendo en dirección contraria. En 2019, último año antes de la pandemia, la empresa tuvo ventas por un billón 402 mil millones de pesos, alrededor de 70 mil millones de dólares. Al cierre de ese año contaba con 122,646 empleados, de los cuales 99,937 eran sindicalizados. En cambio, ExxonMobil con ventas totales en 2019 por 264,938 millones de dólares, tenía una plantilla de solo 72 mil trabajadores. Como si no fuera suficiente, el gobierno ha anunciado que va a “basificar” a 17 mil trabajadores temporales y a bajar la edad de jubilación de 65 a 55 años, lo que disparará los costos laborales.

Apostar por una actividad que pierde dinero e inflar los costos laborales no es la forma de bajar los precios de la gasolina al consumidor. Pemex ya es la petrolera más endeuda del mundo, con 105 mil millones de dólares. El gobierno está teniendo que inyectarle ingentes recursos para evitar su quiebra. No, la estrategia oficial no es vender jugo de naranja en vez de naranjas, sino quebrar el negocio para cargarle los costos al contribuyente.

El precio

¿Qué define el precio de la gasolina? En Estados Unidos en 2019, 52 por ciento lo determinaba el precio del crudo, 18 por ciento los costos de transporte y venta al menudeo, 17 por ciento los impuestos y 12 por ciento la refinación (IEA). No bajaremos los precios por refinar más.

Twitter: @SergioSarmiento

Por elpiripituchi

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